Todos para uno con pañoleta verde

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Escribe Armando Miño Rivera, Periodista Independiente y Docente Universitario (Lima – Perú).

El congreso de mi país parece una recreación media amorfa de la realidad. Desde diversas bancadas se tiran balas, tortazos, refunfuñan del otro y, por último, se lanzan epítetos subidos de tono. Al mirar el panorama de Sudamérica, veo, con pena y desagrado, que la situación es parecida. Pero me pregunto ¿por qué?

Hace un par de décadas, la izquierda, derecha o partidos de centro estaban conformados por unidades bastante notorias, por una ideología, norte, un pensamiento, línea que los enrumbaba y definía. Ahora podemos vislumbrar un panorama sombrío, bizarro: izquierda, derecha y centro defendiendo mismas ideas, mismas situaciones, cuestiones de “estado”, pero que distan bastante de ser democráticas o las que una nación -en su mayoría- rechaza y repele por diversos motivos. Claro está, hay enormes corporaciones, intereses mundiales que se imponen e insertan en los que deberían administrar los destinos de nuestros países.

La ideología de género es una de ellas. Una vorágine de desinformación, seudo cursos, inserción en los ministerios, centros educativos y universidades han logrado de muchas formas que se vaya tomando como algo natural que niños en inicial y primaria crean que todo es psicológico, tanto en sus preferencias y voluntad, o que todo es una imposición cultural, prescindiendo e incluso anulando toda influencia de la naturaleza en la conducta humana. Y claro, la presencia de los padres pasa a segundo plano, sacándolos del espacio vital que es educar en valores, costumbres sanas y espacios correctos de su sexualidad.

En esto no solo la izquierda, si no la derecha y centro están de acuerdo: sacar leyes “más inclusivas”, con borde y chalina verde, dejando a niños, adolescentes y jóvenes menores de edad, que pueden ser o hacer lo que deseen, como abortar, “decidir” sobre su cuerpo, cuestión que ya sucede en EEUU, España, Argentina, Colombia o México, nombrando algunos países.

Como muchos estoy de acuerdo con la igualdad y equidad, siempre desde la ventana de la razón, ética, responsabilidad y cordura, no a empujones o gritos, nada de sustento científico y menos sin debates reales, donde debería  primar la palabra del profesional conocedor de áreas y temas profundos que han y son estudiados hace miles de años incluso. Los políticos se han vuelvo tontos útiles de grupos de poder que desean desestabilizar nuestra sociedad, sin importar que estemos condenándola al desorden y caos axiológico y humano. Estar atentos y protestar es un derecho, así debemos hacerlo.