Escribe Armando Miño Rivera, Periodista Independiente y Docente Universitario (Lima-Perú)
Algo interesante de la política peruana es que las reuniones entre ellos traen siempre cosas interesantes. Como mínimo un titular. En ocasiones es una nota más, otras veces es una bomba, pequeñita, medianita o grandota.
Hace unos días, el dominical Cuarto Poder anunció con bombos y platillos una noticia que retumbaría los cimientos del gobierno y motivó que políticos se pronunciaran sobre ello y que sería suficiente para vacar a un presidente que tenía reuniones a penumbra y jugando a las escondidas. Nada de esto pasó. Los benditos audios fueron un bluf, nada de nada, ni una señal de Castillo, no hubo una palabra sobre asuntos turbios o situaciones anómalas en el gobierno. Nada.
Los celestes y naranjas, junto a algunos azulitos, todos de la derecha más radical del Perú, querían tumbarse al profesor y usaron toda su maquinaria para hacerlo, desde el parlamento con Chirinos y compañía y en medios como Willax, Peru21 y redes sociales. Todo les falló. Y no soy simpatizante del presidente con sombrero. Pero valgan verdades: a la derecha no le gusta el cajamarquino de presi, menos si es de izquierda y se lo han querido bajar desde la segunda vuelta. Eso es más claro que el agua de manantial.
Lo cierto es que este martes se llevó la moción y se habló en el parlamento sobre este asunto, solo 46 de los 130 legisladores apoyaron la vacancia. El terraplén se les vino abajo. Una vez más, la polarización se jugó su partido. Pero hubo premio consuelo. El ministro de Educación Gallardo, fue interpelado sobre el fiasco de los exámenes de nombramiento y se espera su dimisión.
Bueno, esta novela termina con dos periodistas que vuelan de Cuarto Poder, un productor embarrado que dice que no dijo lo dijo o anunció sobre los audios y la derecha más abrasiva sin argumentos válidos para sacar del sillón presidencial al exrondero. Ahora que vendrá, tatatataaaaa!!!!
