Sólo un período, no más

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Escribe Armando Miño Rivera, Periodista Independiente y Docente Universitario (Lima – Perú).

Los legisladores peruanos no deberían ser reelegidos por varias razones fundamentales. En primer lugar, la redistribución de distritos perpetúa el poder de ciertos políticos, lo que puede llevar a una concentración excesiva del poder y a una falta de renovación del sistema político.  Esto puede -y conduce casi de manera inevitable- a la corrupción, el clientelismo y la falta de representación efectiva de los intereses públicos.

Además, la redistribución de porcentajes hace que los legisladores sean menos responsables ante sus electores. Muchos son electos, por el margen de porcentaje, con 3000 o 4000 electores, mientras algunos que alcanzan cuotas de hasta 10 mil han termino sin curul.

Sin tener que preocuparse por ser reelegidos, algunos legisladores pueden actuar según sus propios intereses o los de grupos de intereses especiales en lugar de responder a las necesidades y preocupaciones de sus electores. Las reformas y contrarreformas se ven hoy como un paso inevitable al atornillamiento de los congresistas para seguir medrando (en muchos casos) al Estado. También limita la diversidad y pluralidad parlamentaria.

Permitir que los mismos parlamentarios permanezcan en sus cargos corre el riesgo de limitar la representación de diferentes sectores de la sociedad e impedir que nuevas ideas y perspectivas entren en el debate político. Finalmente, la falta de relevo generacional en la política peruana continúa con la reelección. Debido a que el Congreso no admite nuevos líderes y voces, su capacidad para adaptarse a los cambios sociales y abordar los desafíos futuros de la nación es limitada. En resumen, los congresistas peruanos no deberían ser reelegidos. Un sólo período y no más.