Escribe Armando Miño Rivera, Periodista Independiente y Docente Universitario (Lima-Perú).
Para nadie es secreto que la administración Castillo no pasa por buen momento. Al constante resbalón con ministros muy cuestionados, cambios de carteras y amigos que entran y salen de palacio como Pedro en su casa (oh, qué casualidad), está al frente una oposición, más claramente, un congreso que lo confronta. Bueno, bancadas de derecha que lo lijan constantemente, abrasivas y confrontadoras, que han pedido ahora, su vacancia, arguyendo incapacidad moral.
Hay que ser crédulos para pensar que la señora Patricia Chirinos, la misma que dice que hay que incineran a delincuentes en hornos, quien se casó con León Rupp al que le llevaba más de 30 años y de quien enviudo un año y meses después, está por su cuenta “tratando de salvar al país, siendo patriota” ¡¡¡Ya pues hermano!!!
La señora tiene carrera política hace años. Y es una de las figurettis de la política actual: montón de cámaras y programas dándole tribuna y lanzando populismo por doquier. Claro, esto lo aprendió cuando era reportera de Magaly TV. Sí, de la Urraca. De tonta nada, de viva bastante, inteligente, no sé brother. Como segunda vicepresidente del congreso poco ha hecho. Pero eso tampoco es novedad.
Tres bancadas han firmado la propuesta para vacar al profesor: la naranja fujimorista, la celeste del célibe y beato López y el trencito de Hernando de Soto, que hace unos días ya tomó distancia. Desde que ellas perdieron las elecciones están detrás de la vacancia, eso no es novedad. No hay análisis que resista ante la mala gestión de este gobierno, pero querer vacar a un presidente electo a cuatro meses de asumir y que no puede resolver problemas de hace 50 años, tampoco es dable. Esto es una pataleta de la ultraderecha que no ve con buenos ojos un gobierno de izquierda, ya más o menos se ha distanciado de Cerrón y los extremistas del partido del lápiz.
Tenemos una legislatura que se perderá por el interés de un grupo poderoso con lluvia de millones que no quiere al profe. Depende del mismo Castillo y sus asesores (si los tiene) que lo encaminen, no esté de tumbo en tumbo y consolide una línea que le dé solidez y una mirada más optimista frente a los empresarios, al pueblo y a la clase media de este país. Despierta Pedro, despierta. Porque camarón que se duerme…