Cuenta regresiva para los 100 primeros días

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Escribe Armando Miño Rivera, Periodista Independiente y Docente Universitario.

Un presidente, dos gabinetes, varios cambios de congresistas, parlamento fragmentado, ministerios sin rumbo, nombramientos que duran un día, ministros parranderos, hospitales llenándose nuevamente de contagiados, dólar en subida, productos de primera necesidad en alza, incertidumbre del empresariado, reactivación económica estancada, Camisea y mineras en conflicto. Podríamos hacer una lista más larga, pero me canso. Ustedes también.

A dos días de cumplirse los primeros 100 de este gobierno de “no más pobres en un país de ricos”, no se avizora un rumbo correcto, firme, una idea o derrotero que nos diga que hay un plan, una hoja de ruta que este gobierno está siguiendo. La mayoría no la ve, tanto que su índice de aprobación bajó de 51% en agosto a 35% en octubre, sufriendo la caída más grande en el sur, donde era fuerte: perdió casi 15%. Lo curiosos es que el congreso tiene mayor aprobación:40%, algo casi inédito en estos tiempos.

Dicho esto, los problemas desde el inicio de esta administración han mermado no solo la estabilidad económica y social del país, sino de la credibilidad en el exterior, además de nuestras relaciones con los vecinos.  Richard Rojas fue nombrado embajador para Venezuela, luego que Panamá no lo quiso recibir, por sus vínculos chavistas, y castillo no tuvo mejor idea que darle Caracas como regalo. Pero el juez Jhon Pillaca Valdez, prohibió a Rojas salir de Perú durante seis meses mientras se le investiga por presunto lavado de activos en la campaña que llevó al poder al presidente Pedro Castillo. Joyita era.

Como esas perlas, hay varias en este gobierno, como nombrar viceministros en dos ministerios distintos a la misma persona, o colocar a Luis Barranzuela Vite como ministro del Interior, a pesar de estar en un proceso por lavado de activos -el mismo rollo del frustrado embajador- y ahora decide en la Policía Nacional. Barranzuela acaba de renunciar luego de su escandalosa fiesta en su casa, en plena pandemia, cuando él mismo pidió a los ciudadanos “por el bien del país, no realizar reuniones en feriado largo”. Menos él, claro.

¿Cómo darle un voto de confianza a este gabinete?, ¿cómo decirle que está en camino y que las personas de su entorno, a quienes les da su confianza son las idóneas? Castillo se está disparando a los pies y parece que no se da cuenta. Mientras, al otro lado, la oposición se relame. Imagino la imagen del sueño de Nabucodonosor, con la distancias obligadas claro, pero el ejemplo es válido. Por el bien de este país y las repercusiones en la región, ojalá, ojalá se encamine.