Escribe Arturo Vásquez Rojas, Periodista y Magister en Dirección y Liderazgo para la Gestión Educacional.
El exponencial crecimiento de inmigrantes en nuestro país y, por ende, en nuestra región, ha dejado de manifiesto que nuevamente nuestras autoridades no estaban preparadas para un suceso que va a cambiar nuestra idiosincrasia y cultura. Esto de todas formas, va más allá del Gobierno de turno o con el Gobierno con el que comenzó este ingreso de inmigrantes al país, la crítica va derecho a los actores políticos en general que no han tenido una política clara en este punto que afecta a la sociedad.
Estas líneas no demuestran un rechazo a la llegada de hermanos extranjeros. Estas líneas apuntan a que esas personas sean tratadas como tal y que los sueños de vida que depositaron en nuestro país, puedan ser cumplidos. El elegir Chile como el país para hacer su vida no es por un capricho, sino porque ante los ojos de nuestros vecinos nos mostramos como una nación fuerte, con una economía que no crece, pero se mantiene y con estándar de vida mejor que el resto de nuestros vecinos. Ellos vinieron acá por lo que demostramos hacia afuera o lo que pensamos ser, un jaguar dentro de Latinoamérica.
Hoy, en la región, las plazas de las ciudades se han transformado en el centro de operaciones de los extranjeros que no han encontrado la opción de trabajar. El Registro Civil es un espacio en donde se espera la posibilidad para poder sacar un papel que les entregue tranquilidad para seguir viviendo en nuestros límites. Las esquinas y semáforos son aprovechados por los extranjeros que encuentran ahí la chance de juntar el dinero que les ayude a tener un lugar dónde dormir y algo de comida para alimentarse.
Hoy en la región de O’HIggins no existe una política para afrontar los índices de desempleo. Entonces, menos va a existir un plan para entregar trabajo y un status de vida decente para los inmigrantes que se encuentran en esta zona y que deambulan por las calles buscando una opción. Es más fácil cerrar los ojos para las autoridades y hacer que corra el tiempo para que después, otro se haga cargo del tema. Por ejemplo, una de las mejoras sería que a los inmigrantes que no conocen el idioma, se les haga cursos para aprendan a hablar español. Sí, tiene razón usted al estar pensando que ese se ha hecho, pero en cursos que duran dos semanas y que no tienen el impacto que se necesita.
Vamos señores políticos. Hace unas décadas fuimos nosotros quiénes tuvimos que salir a buscar una opción de vida en otras partes del mundo ya que en nuestras fronteras se vivía un infierno. Hoy el camino nos hace devolver la mano, esa mano solidaria que a nosotros nos ayudó. Todos queremos vivir con igualdad, aplaudir que viva el cambio y disfrutar de los tiempos mejores. Seamos solidarios como sociedad y demos las opciones para que las personas que pensaron que podrían ser príncipes en Chile y que hoy viven como mendigos, tengan la oportunidad de vivir con dignidad.