Monarquía en desuso

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Escribe Armando Miño Rivera, Periodista Independiente y Docente Universitario (Lima – Perú).

La muerte de la monarca británica Isabel II hace exactamente tres semanas, causo una lluvia de preguntas, comentarios, sentimientos, muchos a favor, la mayoría en contra del sentido de una sucesión ancestral que -para no pocos- es vital.

Una encuesta de la BBC indicó que 43% de británicos está a favor de la monarquía: los encuestados manifestaron que les da relevancia, sello de distinción y permite -inclusive- que otros ciudadanos globales los vean “como personas importantes y reales”. Mire usted.

La realeza se ha convertido en un aparato vetusto, antiguo, si valor político efectivo. Más es una empresa privada (como lo mencionan en el Discurso del Rey) que maneja un poder en la sombra o una figura decorativa. Sin embargo, hay muchas ideas y sentidos conspirativos sobre su accionar en este planeta llamado Tierra: desde pertenecer a una raza reptiliana, ser parte del club Bilderberg, masones y otras más, que mueven los hilos de la economía e imponen un nuevo orden mundial, manejando agendas centenarias para sus antojos personales.

Dejando de lado estos asuntos, la monarquía ha dejado de ser un aparato de opresión como en los albores de la historia y medioevo, o incluso en este siglo – claro está-, con algunas excepciones. Japón, Bélgica, España, Suecia, Noruega, Países Bajos, Dinamarca, Luxemburgo y Andorra, Lesoto, Camboya y Malasia se dan reinados decorativos, sin poder real, pero con seguridad, beneficios económicos, no pago de impuestos y otras gollorías de parte de sus países. Una cosa de locos.

La familia real de Arabia Saudita, Marruecos, Emiratos Árabes Unidos, Baréin Jordania, Omán, Kuwait y Qatar están en la línea de monarcas con poder efectivo, pues dirigen sus países, toman decisiones concretas y políticas económicas, así como reuniones con jefes de estado. Todos ellos dejan en el poder a sus hijos, monarquías familiares les llaman. Así estamos.

En tiempos en los que la libertad de conciencia, mejoras en las condiciones de vida, medicina de punta, economía de mercado y sentido de ciudadanía global, es increíble que existan estos supra aparatos, sean de consulta o de poder. Otro tipo de poder no real, pero efectivo y concreto, son las dictaduras. Cuba, Corea del Norte, Venezuela, Libia, Siria, Egipto, varios países de África central y las monarquías de Medio Oriente arriba mencionados, que en la práctica son poderosos de partido único.

¿Cómo y cuándo serán fulminadas? Pregunta difícil. Depende en parte de la comunidad internacional, los pueblos que habitan en esos lares y el deseo “real” de las mismas familias que son -en la praxis- los que someten a esos pueblos para retornar a la democracia participativa de cada uno de sus ciudadanos. Ojalá sea pronto.