El histórico dirigente del cobre y ex diputado de la Falange abordó el llamado de algunos referentes de la colectividad a determinar libertad de acción de cara al plebiscito por la nueva constitución. Asimismo, criticó el manejo de los dirigentes sindicales en torno a la reciente protesta por el cierre de Codelco Ventanas.

(INTERFERENCIA.CL – Maximiliano Alarcón G.).- Uno de los temas que marcó la agenda política en los últimos días fue la paralización de actividades convocada por la Federación de Trabajadores del Cobre (FTC) y sindicatos de trabajadores contratistas de Codelco, esto a raíz del anuncio de cierre de la división Ventanas anunciada por el gobierno de Gabriel Boric.

La movilización partió el miércoles y terminó el jueves mismo, luego que la FTC acordara la realización de una mesa de trabajo con el Directorio de la cuprífera estatal.

Quizás uno de los factores que influyó en esta breve pero mediática protesta, fue el escaso apoyo ciudadano que encontraron los trabajadores, puesto que una parte importante de la ciudadanía consideraba que lo único relevante en la decisión del Gobierno era que se detenía el funcionamiento de una planta que causó un grave daño a la comunidad de Quintero y Puchuncaví.

Sobre esta situación, Interferencia conversó con Rodolfo Seguel, histórico dirigente de los trabajadores del cobre en tiempos de la dictadura de Augusto Pinochet, cumpliendo un rol opositor a los uniformados. 

Además, dada su militancia en la Democracia Cristiana, partido por el cual fue diputado entre 1990 y 2006, entregó su punto de vista crítico respecto de la carta de los ex presidentes de la colectividad, en la cual llamaron a que la Falange determine libertad de acción de cara al plebiscito por una nueva Constitución.

– ¿Cuál es su impresión de lo ocurrido estas semanas con Codelco? 

– Tengo mala impresión. Del mundo sindical tengo la preocupación, más bien dicho, una altísima preocupación, por el tipo de conducción sindical en la Federación de Trabajadores del Cobre, de los trabajadores particulares que trabajan para Codelco y del resto de los trabajadores afiliados a la Central Unitaria de Trabajadores.

Tengo una opinión también con respecto de Codelco, por lo que hizo, y tengo opinión respecto al Gobierno y a la forma cómo se desempeñó.

– ¿Cuál es el problema en el mundo sindical a su juicio?

– Me llamó mucho la atención. Yo estaba en Rancagua lanzando mi libro Seguel, el rebelde, y estaba el presidente de la Federación de Trabajadores del Cobre, el señor Amador Pantoja, más un grupo de dirigentes sindicales de El Teniente acompañándome.

«Un dirigente sindical de la envergadura de un presidente de la Federación del Cobre no puede ni debe hacer un llamado de esa naturaleza sin tener un acuerdo claro sobre qué va a hacer con sus dirigentes sindicales, con sus bases».

Mientras yo desarrollaba el acto se vio una serie de movimientos; entraba y salía el presidente de la Federación, quien se quedó hasta el final. Yo le hice varios comentarios sobre cómo estaba la situación de los dirigentes sindicales, según cómo lo veía yo. Viajo de vuelta a mi casa y me entero de la noticia, lo que estaba ocurriendo. Eso me llamó muy profundamente la atención, que la Federación del Cobre, sin previa reunión de sus dirigentes nacionales, sin ningún acuerdo nacional, convoca a un paro de palabras.

Un dirigente sindical de la envergadura de un presidente de la Federación del Cobre no puede ni debe hacer un llamado de esa naturaleza sin tener un acuerdo claro sobre qué va a hacer con sus dirigentes sindicales, con sus bases, que son los trabajadores que pertenecen a Codelco Chile, Chuquicamata, El Salvador, Andina más todas las divisiones de Chuquicamata y Santiago.

Al día siguiente hablé con mucha gente de Chuquicamata que esto era un bluf. Se estaba inflando un globo innecesariamente. Quizás un tigre o un león con una tremenda dentadura para morder y atacar, pero que al primer apretón se le cae la dentadura y era una placa. Entonces se nota un movimiento sindical del cobre con muchas ganas de amenazar, de hacer cosas grandes, pero sin base. Y la base son los trabajadores.

Yo sabía de antemano que Chuquicamata nunca iba a parar, conozco sus trabajadores. Yo sabía que El Salvador estaba en una posición muy débil para enfrentar un proceso de este nivel por todo lo que estamos viviendo. Andina ni hablar, se mueve muy poco, ni siquiera con su propio movimiento. Santiago no se mueve para nada. El Teniente, de donde es el presidente de la Federación del Cobre, están todos divididos. Hay tres o cuatro sindicatos en una posición y otros sindicatos en otra posición. Se demostró al ver que este paro duró menos tiempo que el cambio de turno.

– ¿Este problema se extiende a la CUT?

– No hubo ni un solo pronunciamiento de la Central Unitaria de Trabajadores. No hubo ningún pronunciamiento de otras organizaciones sindicales. Siempre la Federación de Trabajadores Mineros se pronuncia, pero esta vez no hubo pronunciamiento. No se pronunció la ANEF, que al primer movimiento sindical que hay en el país es la primera en pronunciarse, ya sea la gente la salud, la de servicios públicos, los profesores. Cero pronunciamiento. No se conoció la voz del petróleo, que siempre acompañaba al cobre. Nada. Entonces no hubo un movimiento sindical acompañando un movimiento, entre comillas, importante.

– ¿Y respecto del Gobierno?

– Creo que el gobierno es conocedor de todo lo que estaba ocurriendo, conocedor de la situación del país. Toman la medida de cerrar Ventanas, refrendada por el Presidente de la República, y a mí me llama la atención que la ministra de Minería [Marcela Hernando, PR] no sabía absolutamente nada y se enteró por la prensa. Y segundo, que a dos meses del plebiscito más importante de la historia política republicana de Chile el Presidente toma la decisión de cerrar y asegurar el trabajo solo para los de Codelco, arreglando después la cosa con los trabajadores contratistas.

Entonces, descoordinación, falta de acuerdos y falta entendimiento. O sea ¿Quién toma decisiones en el mundo del trabajo? A la ministra de Trabajo [Jeannette Jara, PC] no la vi en este proceso. Acá sólo se vio la dedicación del Presidente de la República. No vi a ningún ministro. Aquí el gobierno actuó sobreseguro, con conocimiento de causa y lo más que a mí más me preocupa es que yo creo que el movimiento sindical, parte de dirigentes sindicales, tenían conocimiento de lo que venía y lo que iba a ocurrir, y fue así como el globo se desinfló antes de reventarse.

– ¿Cree que la Federación tenía motivos para esta movilización?

– Es que para el movimiento sindical el fundamento del cierre de Ventanas es conocido hace varios años. Los dirigentes sindicales tienen que evaluar que el gobernador de la Quinta Región [Rodrigo Mundaca] es el hombre más medioambientalista que hay en Chile. Son dos los gobernadores que salieron electos en primera vuelta con amplia mayoría y él es uno. La base de sustento del gobernador es tan grande que es imposible que cambie su posición y esa siempre ha sido la suya, cerrar Ventanas y todas las que contaminan la Región, que son muchas.

«Me llama la atención que la ministra de Minería [Marcela Hernando, PR] no sabía absolutamente nada y se enteró por la prensa. Y segundo, que a dos meses del plebiscito más importante de la historia política republicana de Chile el Presidente toma la decisión de cerrar y asegurar el trabajo solo para los de Codelco, arreglando después la cosa con los trabajadores contratistas.»

– ¿Cree que hay una desconexión del movimiento sindical respecto de los otros temas que están pasando en el país? Lo digo a propósito de que hubo mucha resistencia de la ciudadanía al paro, sobre todo en redes sociales, donde incluso hubo insultos muy fuertes hacia los mineros.

– Aquí no hay desconexión del mundo del trabajo con lo que pasa en Ventanas. Lo que pasa es que es su trabajo y un trabajador siempre va a defender su trabajo, con buen medioambiente, buenas remuneraciones y buenos beneficios.

El problema es que se sabía que esto iba a ocurrir en algún momento y es deber del dirigente sindical tener conversaciones previas. Es como que un presidente de sindicato no sepa a cuánto está la libra de cobre. Mi única preocupación es haber visto algunos discursos en los cuales el discurso hacia el Presidente de la República es soez, con faltas de respeto. En un movimiento sindical con un Presidente democrático, por el cual varios de los que estaban en paro votaron por él, que se termine diciendo que votarán por el Rechazo, creo que es confundir los roles absolutamente.

Es como si en la dictadura con habernos subido el 100% del sueldo a los trabajadores yo hubiera desistido de votar contra la dictadura. El dirigente sindical tiene que enseñarle a sus dirigidos en qué condición está el país, hacia dónde va.

Acá faltó conocimiento. Si los dirigentes hubieran dicho «esto hay que cerrarlo, démonos un plazo de 4 a 10 años, busquemos acuerdos con el Gobierno y con el gobernador, veamos el cierre y cómo hacemos nosotros para seguir trabajando y produciendo para el país», habría sido distinta la situación, serían héroes.

– A nivel sindical amplio ¿Cree que falta sintonía con los tiempos?

– Es difícil responder eso porque no es el tiempo de los dirigentes sindicales y hace muchos años que viene en caída libre el movimiento sindical chileno y nadie ha podido pararlo.

Yo tuve mucha confianza y tengo mucha confianza en los petroleros, en Nolberto ‘Cachorro’ Díaz, pero aparte de él no se ven líderes fuertes, sólidos. No es necesario pelear siempre contra un Gobierno, como lo hicimos nosotros contra la dictadura.

Tú puedes dirigir un país a nivel sindical haciendo propuestas sindicales para el país, así como llegaron a un acuerdo sobre el salario mínimo. ¿Por qué no buscamos un acuerdo con los empresarios y el Gobierno para ver cómo buscamos un crecimiento laboral y empresarial del país para los próximos diez años? ¿Cómo creamos una universidad de los trabajadores?; una universidad sindical donde enseñen al trabajador y a los dirigentes sindicales a saber más cosas, a estudiar, a prepararse. Pero aquí no veo preparación, no veo educación, no veo sindicalización.

«Es que para el movimiento sindical el fundamento del cierre de Ventanas es conocido hace varios años. Los dirigentes sindicales tienen que evaluar que el gobernador de la Quinta Región es el hombre más medioambientalista que hay en Chile».

La Inspección de Trabajo conoce a cientos supuestos dirigentes sindicales que entran a distintas empresas, que forman un sindicato, se hacen dirigentes sindicales y a los seis meses demandan a la empresa y como la empresa es chica, buscan acuerdo y se han hecho de mucho dinero, porque cada seis meses o un año van cambiando de empresa, van formando sindicatos, para puro vender el fuero sindical y venden el fuero sindical a la empresa, la que antes de tener un juicio largo le paga y se va este dirigente a otra empresa y hace exactamente lo mismo.

Pero también hay grandes dirigentes sindicales como los hay en la CUT, también lo hay en el Cobre, pero están invisibilizados.

– Pasando al tema del plebiscito por la nueva Constitución, usted firmó una carta criticando la idea de la tercera vía y en los últimos días han causado polémica las posiciones que están tomando los dirigentes más conservadores, incluso unos que no lo eran tanto, de dar libertad de acción abriendo paso al Rechazo ¿Cómo ve usted lo que está haciendo la Democracia Cristiana?

– He tratado de buscar una línea de una conducta de la Democracia Cristiana que sea acorde a la historia nuestra y a nuestra lucha en tiempos difíciles. Creo que está complicada la cosa, he llamado al presidente del partido en varias oportunidades [Felipe Delpín] y he conversado con muchos líderes de partidos, diputados, senadores y también con Fuad Chahin, que es mi amigo amigo.

Les hago ver mi preocupación. Nosotros tenemos historia y la historia no se puede perder. Este momento más trascendental de la historia de Chile. Si se rechaza el partido comete un gravísimo error de su historia. Nos ha costado mucho sacarnos de la cara todos los gritos que nos han dado durante años. Yo creo que la Democracia Cristiana debería encabezar este movimiento, de encabezar una nueva Constitución, y si hay que modificarla, modificarla después que la tengamos lista, pero nunca vamos a sacar una constitución perfecta.

«Me extraña que mi partido esté tan errado. Me llama la atención que estos ocho ex presidentes del partido estén en esa posición. Me llama la atención Ricardo Hormazabal, me llama la atención mucho de Carolina Goic».

Me extraña que mi partido esté tan errado. Me llama la atención que estos ocho ex presidentes del partido estén en esa posición. Me llama la atención Ricardo Hormazabal, me llama la atención mucho de Carolina Goic. Yo soy un defensor de la democracia, siempre lo digo en mis correos, mi Facebook, soy un demócratacristiano orgulloso. A mí me respetan por ser demócratacristiano, pero a veces muchos se ganan el derecho de que los ataquen.

Nosotros no vamos a recuperar la credibilidad estando en la ambigüedad. La carta de los ex presidentes del partido son balazos en los dos pies y en el corazón.

– Con los otros militantes que están por el Apruebo ¿Han conversado de qué pueden hacer frente a dichas posiciones que tienen una máquina comunicacional importante?

– Yo creo que el Partido tiene que hacer propaganda de acuerdo a lo que diga la Junta Nacional y creo que la Junta, por votación mayoritaria, puede tomar un acuerdo en el cual nos sintamos todos interpretados y que podamos ir por el Apruebo.

Pero si sale el Rechazo ¿Qué va a pasar con los que están diciendo libertad de acción? Es súper complicado lo que estamos viviendo. Quizás a lo mejor sería tomar un acuerdo de la Junta Nacional en la cual se recomiendo votar a favor del Apruebo. Pero si la inmensa mayoría vota en contra ¿Se les va a expulsar? Tiene harta pega el presidente Felipe Delpin.