Economías latinoamericanas, unirse para enfrentar la crisis

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Escribe Danilo Díazgranados, Ingeniero Financiero.

Si bien es cierto que la crisis por efecto de la pandemia ha arropado a todos los países, algunos se las han ingeniado para irse arreglando solos o en conjunto. Aquellas naciones cuya situación económica estaba holgada antes de la crisis sanitaria van poco a poco saliendo airosas de la difícil circunstancia por la cual atraviesa la humanidad entera. Sólo se trata de hacer un control de daños, evaluar las consecuencias, ajustar las cuentas, ahorrar un poco aquí e invertir allá y listo: la economía vuelve a su curso original.

Otros, como en el caso de los países que integran la Unión Europea, se juntan y crean un fondo para ayudar a aquellos que están atravesando las peores consecuencias, derivadas de la débil actividad comercial y productiva. Y, además, reciben ayuda de las naciones con mejor desempeño financiero para apoyarles en la tarea de reingreso a la senda del crecimiento.

Y mientras tanto en Latinoamérica… La situación dista de ser la ideal. Gobiernos totalmente alejados de la realidad de sus vecinos de la región. Iniciativas aisladas, que tan solo sirven de manera temporal y nunca son soluciones definitivas a los diversos problemas por los cuales atraviesa la economía local, ahora agudizados por efectos del COVID-19.

Al respecto, una vez más la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal)l, en boca de su máxima representante, Alicia Bárcena, lanza un mensaje de alerta e insiste en la necesidad que tienen los gobiernos de los países de la zona de fortalecer la cooperación y alcanzar acuerdos para enfrentar la crisis económica que ha adquirido mayores dimensiones a raíz del coronavirus.

Es importante recordar que América Latina y el Caribe están enfrentando los peores escenarios económicos registrados en un siglo. El PIB se contraerá 9,1%, lo que originará que la pobreza alcance a unas 231 millones de personas. De ese número, unas 96 millones serán clasificadas como pobreza extrema.

En resumidas cuentas, el hambre, ese terrible flagelo, amenaza con seguir causando estragos en el llamado nuevo continente, por cuando un alto porcentaje de sus habitantes no dispondrá de los recursos necesarios para adquirir los alimentos contenidos en la canasta básica. El desempleo alcanzará 13,5% aproximadamente.

Frente a este escenario, urge un gran acuerdo suprarregional, en el cual los líderes de los principales países que integran esta zona se organicen y busquen fórmulas conjuntas de cooperación, que les permitan minimizar el impacto que se pronostica que causará la enfermedad en los sectores más vulnerables de la población latinoamericana.