Escribe Marcelo Sánchez, Gerente General de Fundación San Carlos de Maipo.
Hace algunos días, conocimos del retroceso de Chile en el Índice de Percepción de Corrupción, cayendo del puesto 21 al 27 que mide Transparencia Internacional. La noticia no nos puede ser indiferente, porque evidencia la necesidad de reformas que promuevan la probidad y la transparencia en temas tan sensibles como la ejecución del gasto social, las contrataciones en municipios y sus corporaciones, con especial énfasis en la rendición de cuentas, entre otros temas.
El indicador se centra en la percepción sobre el sector público y, por cierto, es prioritario, pero cabe preguntarse si al emplazar al Estado podemos, como tercer sector, hacerlo en coherencia, si nuestras exigencias son congruentes a nuestros esfuerzos, pues este es un desafío transversal al que también nos debemos sumar como sector privado y sociedad civil.
Según cifras del Consejo para la Transparencia, un 93% de los chilenos considera que las organizaciones y las empresas que reciben fondos públicos deberían tener obligaciones de transparencia. Y por lo mismo, es que resulta importante revisar con qué mecanismos avanzamos en este desafío.
Para el sector filantrópico, que desarrolla su actividad desde la confianza en su Misión, es especialmente relevante demostrar transparencia y buenas prácticas en su actividad, además de dar trazabilidad al impacto de sus intervenciones y programas. El tercer Sector media entre el poder del Estado y del Sector Privado, contribuyendo a regularlo y legitimando la democracia.
Un tercer sector fuerte y transparente aporta en empoderar a la sociedad Civil que exige y fiscaliza con mejores estándares. Por lo anterior, y considerando que una base social comprometida requiere información clara, precisa, comprobable y pública, es que en año 2013 surge Fundación Lealtad Chile como una iniciativa para fomentar la confianza en las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) chilenas, colaborando en el desarrollo de un tercer sector más transparente, a través de un análisis voluntario de 9 Estándares de Transparencia y Buenas Prácticas de Gestión.
Ahora bien, volviendo al Índice de Percepción, aunque no es tarea fácil que Chile vuelva a subir en la medición de Transparencia Internacional, iniciativas como la de Lealtad Chile están aportando, desde la sociedad civil, a disminuir el escepticismo que se ha apoderado de muchos espacios de nuestra sociedad, restituyendo las bases de confianza necesarias para aportar con el capital social que fortalezca nuestra democracia.