Con una mirada humanizadora y labor insigne, el equipo de esa sección, se encarga de acompañar a las familias que deciden respetar la voluntad de donar de su ser querido, para brindar así, una oportunidad vital a quien espera por un trasplante.

Realizando una exhaustiva coordinación con los distintos servicios clínicos del Hospital Dr. Franco Ravera Zunino (HFRZ) y Ministerio de Salud (MINSAL), en torno al posible donante, notificado ya como tal, tras cumplir con cada uno de los requisitos necesarios para transformarse en ello, el grupo de profesionales del centro de salud que conforma esta unidad, se distingue por desarrollar una actividad, que pese a versar entre el dolor  que significa la pérdida humana para el entorno cercano y la esperanza de volver a vivir en plenitud para esas personas que aguardan por aquel órgano que posibilitaría su sobrevida,   es una tarea profundamente gratificante, como expresan sus integrantes.

“Llegué acá el 2017. Desde entonces me he dedicado a esta temática en el hospital, y siento hasta ahora mucha gratitud por lo que he ido aprendiendo,  de lo que implica nuestra coordinación desde lo humano, en hacer efectivo el trasplante de quien lo necesita para seguir su vida”, sostiene Katherine Vargas, enfermera supervisora (s) de la unidad de Procuramiento de Órganos y Tejidos del HFRZ, agregando que “se trata de un trabajo complejo, ya que la familia no asimila muchas veces la condición de su fallecido  y nuestra misión en ese aspecto, pasa de ser la comunicación técnica de una serie de pasos sobre el proceso previo a la donación, a un acompañamiento activo del mismo en términos humanos, con contención, solidaridad y empatía”.

La enfermera de este grupo especialista del HFRZ, María Ignacia Villegas, por su parte subraya que “desarrollamos una contención emocional a los familiares que experimentan una pérdida que en general no es esperada, que no implicó enfermedad o agonía, que es siempre traumática, sosteniéndolos y guiándolos durante todo  el tránsito, acompañándolos desde la entrevista de solicitud de voluntad, hasta que se les entrega el cuerpo en la unidad de Anatomía Patológica del centro de salud”, reiterando que, “es fundamental la compañía que les entregamos, porque es en este transcurso cuando les explicamos todos los detalles. Por ejemplo, informamos qué equipos de salud vienen a intervenir para concretar la donación, en qué horarios, entre otros puntos, sin dejar de lado el que estamos hablando de una persona que se apresta a ser donante efectivo, que mediante la autorización de esa voluntad que hacen los propios familiares, se permite finalmente salvar más vidas”.

Con lo anterior, la supervisora de la unidad, Katherine Vargas, refuerza que “la importancia que trasciende a nuestro aporte es el procuramiento de órganos en sí mismo, ya que sin donantes no hay trasplantes y, esto último es -la manera- en que podemos ayudar a que muchos pacientes puedan vivir, de allí nuestra entrega como profesionales, nuestro compromiso y motivación, que se agrandan cuando un papá, hermano, o mamá del fallecido ve en nosotras un apoyo, confían en esa comunicación que mantenemos, y dan ese difícil paso”.

“La parte emocional es fuerte sin duda, pero las enfermeras que conformamos junto a nuestra oficial administrativa este equipo, lo sabemos. Es imposible sentirse ajenos al dolor que viven esas personas que despiden a su fallecido, pero nuestra fortaleza está movida por el amor a lo que hacemos, por el objetivo que perseguimos, que es resguardar la vida de quien padece, que la esperanza llegue a ser una realidad. Es por eso que, en señal de agradecimiento a las familias de los donantes, les invitamos a ser partícipes de lo que denominamos pasillo de honores, en la unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Dr. Franco Ravera, relevando esta bondadosa acción, donde ellos despiden por última vez a su ser querido, antes de que él ingrese a pabellón”, puntualiza María Ignacia Villegas.

Ambas enfermeras coinciden en que actualmente, la tasa de donación es muy baja si se compara con años anteriores, destacando que sólo se han cursado tres procuramientos en el centro hospitalario, advirtiendo que, aun cuando se ha avanzado en esta materia, todavía queda derribar tabúes  que impiden concretar más procedimientos de este tipo, enfatizando al mismo tiempo que “pese a que este 27 de septiembre se cumplen 29 años de la  partida de  la talquina de 12 años, Pamela Toledo, conocida por manifestar a sus padres su voluntad de ser donante, previo a sufrir un fatal ACV y transformarse en ello posteriormente, impulsando la fecha que hoy conmemoramos, no se ha podido profundizar lo suficiente en una cultura de la donación y  sentimos que es nuestra responsabilidad como sociedad  el que así sea”.