Estudio liderado por Santo Tomás, con el apoyo de las instituciones de Educación Superior del país, logró levantar información sobre la percepción de quienes asumen el desafío de seguir sus estudios en la noche.
La inseguridad en los trayectos nocturnos es una preocupación creciente entre los estudiantes vespertinos de la Región de O’Higgins, según revela un reciente estudio realizado por la Fundación Paz Ciudadana y la Dirección Nacional de Asuntos Estudiantiles de Santo Tomás. Esta investigación destaca las dificultades que enfrentan los estudiantes en todo el país, especialmente en cuanto a la disponibilidad y calidad del transporte público.
El estudio subraya que el transporte público en la Región de O’Higgins es insuficiente, especialmente en las horas posteriores a las 20:30, cuando prácticamente desaparece la oferta de colectivos y buses. Una de las estudiantes encuestadas de Santo Tomás sede Rancagua describió la situación: «Aproximadamente el último colectivo pasa ya a las 21:00 de la noche. No hay locomoción pública, o sea, hay que manejarse en Didi o en Uber o tratar de hacer grupos con compañeras, pero locomoción colectiva así de manera pública no hay, cero posibilidades, a las 20:30 ya hay problemas para tomar un colectivo».
Percepción de inseguridad en los trayectos
Esta falta de transporte no sólo obliga a los estudiantes a recurrir a servicios de transporte privado, sino que también genera una mayor sensación de vulnerabilidad y temor al delito durante sus desplazamientos.
El temor a ser víctima de un delito es una constante en los estudiantes vespertinos de la región. El 77% de los encuestados en O’Higgins manifestó sentirse inseguro durante el trayecto desde su lugar de estudios hasta su hogar. Este porcentaje es superior al promedio nacional y pone de relieve una situación alarmante. Las mujeres, en particular, reportan mayores niveles de ansiedad y han adoptado diversas medidas para protegerse, como organizarse con compañeras para movilizarse en grupo o utilizar aplicaciones de transporte sólo después de compartir su ubicación en tiempo real con familiares o amigos.
Impacto en la vida estudiantil
El miedo y la falta de transporte adecuado no solo afectan la seguridad, sino que también tienen un impacto directo en la vida académica de los estudiantes. Muchos optan por retirarse antes de que terminen las clases o evitan participar en actividades extracurriculares por temor a no poder regresar de manera segura a sus hogares. Esto no sólo limita su experiencia educativa, sino que también puede repercutir negativamente en su desempeño académico.
“Duele bastante el concepto de ‘excluidos’ que levantan los estudiantes que, por distintas razones, no pueden quedarse en toda la jornada y tienen que abandonar lo que va a repercutir en su rendimiento y en una posible deserción”, comenta Manuel Olmos Muñoz, rector de Santo Tomás sede Rancagua. Además, aporta como dato adicional que cerca del 60% de los estudiantes que siguen sus estudios superiores en Rancagua vienen de otras comunas: “Hemos venido registrando una caída en la jornada vespertina, y este es un estudio que nos puede ayudar a comprender este fenómeno. Hay una realidad que estamos viviendo en el centro universitario de Rancagua y es fundamental poder hacer esfuerzos con las autoridades locales y también con las comunas, algunas ya tienen locomoción de acercamiento”.
En respuesta a estos desafíos, el informe propone varias recomendaciones específicas para la Región de O’Higgins. Una de las más urgentes es la mejora de la infraestructura del transporte público, incluyendo el aumento de la frecuencia de los colectivos y buses durante la noche y la implementación de medidas para garantizar la seguridad en las paradas de transporte. En esta línea, las Instituciones de Educación Superior de la región – agrupadas en IES Sexta – que colaboraron en el estudio, ahora están realizando las gestiones para crear mesas de trabajo con las instancias relacionadas.