Hernán Jorquera. Poeta y narrador.
Hernán Jorquera es un poeta y narrador originario de Valparaíso, Chile. Ha participado en diversos concursos literarios, obteniendo el primer lugar en el XII Concurso de cuentos breves “Gronemeyer” Municipalidad de Quilpué con el relato “El Coleccionista”, además de estar seleccionado entre los cien mejores cuentos breves del concurso “Valparaíso en 100 palabras”. Segundo lugar en el certamen de poesía “Ermelinda Guzmán” de Quilpué y actualmente, seleccionado para una antología poética de poesía latinoamericana emergente a publicarse en Seattle, Estados Unidos.
INVENCIÓN CUATRO – VINO DE INVIERNO
Bajo esas gélidas inclemencias estuve
Punta Arenas dormía acurrucada en el oleaje
El agua nieve era un visillo que entumía hondo mis ojos
Caminar por sus calles oscuras de invierno era fantástico
Calles que estaban pavimentadas de vidrio y de barro
Un viento insolente que tumbaba los pensamientos
Estalactitas que crucificaban la tierra muerta
Un mar de cabello tórrido y de visos blancos
Un río que con su hoja rebanaba la ciudad como a una naranja
Negras nubes que eran como un sombrero que no servía
Punta Arenas, no te gustaba vestir de blanco
guerreabas con el clima que te imponía vestidura
matorrales que se erguían rebeldes a la muerte
perros escuálidos que engullían caricias y abandono
El panteonero que sin cesar castigaba al indio pétreo
Un pie que era como una promesa solemne de regreso
Cuerpos que flameaban insulsos bajo la ráfaga
Un cementerio que era como esculpido a mano
Esas casas jorobadas bajo un azote implacable
Una noche en Punta Arenas fue irreductiblemente irreal
Navegaba sin timón hacia el corazón del invierno
Gorjeos musicales amenazaban con robarle la luz a las estrellas
Las hadas salían risueñas y entumidas a presumir sus vestidos
La ciudad menstruaba algarabía
corría sangre de bailes y de aplausos.
Pasaban carruajes ataviados de risas y de frío
Fui al frente a tomar fotografías
En ese momento fue que llegaste
Con esa apariencia de arlequín austero
Con ese acento musical que me adormecía
ve y come calafate, me instaste, revuélcate en la playa
Conversa con un pingüino y que te revele nuestros secretos
Sacúdete la timidez esa de recién llegado
Que aquí la mano helada te conforta
Que el cansancio y la fatiga tienen una estancia ovejera.
El tiempo se duerme en una cama de nieve
Somos nuestro propio país
Esta tierra es el lugar, hombre
Donde convergen los extremos de la hospitalidad y el aislamiento.