El presidente Joe Biden se reúne virtualmente con el presidente chino, Xi Jinping, desde la Sala Roosevelt de la Casa Blanca en Washington, EE. UU., el 15 de noviembre de 2021.
(France24.com).- Los presidentes de Estados Unidos y China volvieron a conversar por teléfono teniendo como tema central la invasión rusa y el posicionamiento del gigante asiático. Beijing, que hasta ahora no había sido contundente con el conflicto, admitió que era algo que «no hubiese querido ver»: «No solo debemos encauzar relaciones por el camino correcto, sino también compartir responsabilidades internacionales y trabajar por la tranquilidad y la estabilidad mundial».
La guerra en Ucrania ha atravesado las agendas de los países del mundo y se ha erigido como tema central en las conversaciones bilaterales entre los jefes de Estado. En ese sentido dialogaron por teléfono Joe Biden y Xi Jinping, presidentes de Estados Unidos y de China respectivamente, dos de los gigantes geopolíticos del planeta.
La discusión, la cual duró alrededor de dos horas, rondó la invasión rusa y el enigmático rol que hasta ahora ha jugado Beijing, con el temor occidental de que termine siendo la llave de Moscú para sobrellevar las sanciones económicas impuestas por la alianza Estados Unidos-Europa. En este sentido, el Gobierno chino ya se había adelantado más temprano, avisando que no permitiría que Washington usara sus empresas o ciudadanos para forzarlo en una determinada postura.
Con este panorama, el presidente Xi Jinping instó finalmente a su homólogo Joe Biden a trabajar conjuntamente en pos de equilibrar las tensiones y lograr una paz a nivel global. «China y Estados Unidos no solo deben encauzar sus relaciones por el camino correcto, sino también compartir sus responsabilidades internacionales y trabajar por la tranquilidad y la estabilidad mundial», afirmó el mandatario chino.
Además reveló que el estallido en Ucrania era «algo que no hubiese querido ver». A su vez, subrayó el papel trascendental que ambas naciones poseen al ser las dos economías más poderosas y «como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas».
Este contacto remoto entre los líderes es el primero oficial desde el cónclave de noviembre –el cuarto desde que inició la Administración de Biden. Al respecto, Xi le remarcó a Biden que el panorama mundial se ha modificado mucho desde aquella charla.
«Los hechos muestran de nuevo que los países no deberían llegar al extremo de encontrarse en el campo de batalla. El conflicto y la confrontación no le interesan a nadie, y lo que más debería atesorar la comunidad internacional es la paz y la seguridad», exclamó.
Este encuentro fue útil para darle «continuidad» al diálogo que comenzó el pasado lunes en Roma entre Jake Sullivan –asesor de seguridad nacional de Biden– y Yang Jiechi –director de la Oficina de la Comisión de Asuntos Exteriores china–, el cual fue considerado «duro e intenso».
El último jueves, el Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, manifestó que Biden «dejará en claro que China tendrá responsabilidad en cualquier medida que tome para apoyar la agresión de Rusia» y que le advertirá las represalias a las que se enfrenta.
Sin embargo, los castigos económicos que se le han impuesto a Moscú no se pueden traspasar a China, máximo exportador del mundo y segunda economía global, por las catastróficas consecuencias que podría generar en el equilibrio financiero estadounidense y de los demás países.
A lo largo de estos 23 días desde el inicio del ataque ruso, Beijing evitó sistemáticamente emitir una condena firme sobre la postura del presidente Vladimir Putin y, a pesar de defender «la soberanía territorial» ucraniana, afirmó que Moscú tiene «preocupaciones defensivas lógicas» y le achacó un grado de responsabilidad a Washington.
Por otro lado, China desechó cualquier posibilidad de brindarle apoyo militar a Rusia a pesar de su estrecha alianza estratégica y desmintió que Moscú se lo haya pedido, tal como citaban medios estadounidenses.
Taiwán, el otro tema candente de la cita Biden-Xi
Los medios estatales chinos no se hicieron eco ni mencionaron si el tira y afloja entre Beijing y Taipei fue uno de los asuntos que estuvieron sobre la mesa de los mandatarios, tal y como se esperaba. No obstante, es uno de los puntos que más confrontó a ambas potencias en los últimos meses.
Las relaciones bilaterales no han sido lo suficientemente buenas teniendo en cuenta el amistoso vínculo que ambos mandatarios tenían al conocerse desde hace años y haber compartido viajes como vicepresidentes.
A pesar de un enérgico saludo de Biden en la conferencia de noviembre y de que Xi lo haya tildado de «viejo amigo», los lazos son tensos y se profundizaron luego de desavenencias hacia el gigante asiático, como fue la aparición del AUKUS (el frente compuesto entre Australia, Reino Unido y Estados Unidos sobre el mar Indochino) y el respaldo de Washington hacia Taiwán.
Precisamente, este último asunto también se creía que iba a estar sobre la mesa. Beijing reclama la soberanía de Taipei y lo ha amedrentado –sin ningún movimiento militar– con los aviones sobrevolando el territorio casi diariamente o con barcos navegando en el Estrecho de Taiwán.
Por caso, este viernes las autoridades taiwanesas denunciaron la presencia del portaaviones Shandong en el sensible Estrecho, lo cual tomaron como una provocación justo horas antes del llamado entre Biden y Xi Jinping.
Sobre esto habló el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lijian, quien dijo que Shandong solamente seguía «un programa de entrenamiento de rutina» y se verificó que no tenía ni buques ni aviones a bordo.
«No debemos asociar esto con la comunicación entre los jefes de Estado de China y Estados Unidos. Pueden pensar que es demasiado sensible, pero lo que es sensible son ustedes, no el Estrecho de Taiwán», defendió Zhao.
Para Beijing, lo concerniente a Taipei es el punto más importante en sus relaciones con los norteamericanos. Aunque no tiene vínculos diplomáticos formales allí, Washington es el patrocinador internacional y proveedor de armas más significativo con el que cuenta Taiwán.