En el marco de la fuga de niños desde una residencia del Sename y los posteriores desórdenes que generaron la intervención de la fuerza policial la noche de ayer en Rancagua, el abogado Ricardo Rincón manifestó que ello deja de manifiesto que «el Estado ha perdido toda credibilidad en la protección real de la infancia».
Rincón expresó que «lo visto desde el día domingo y ayer lunes, donde niños de escasas edades se escaparon de un lugar de encierro, que no puede ser considerado una residencia aunque se sostenga que es de las buenas de la Región, deja al descubierto una realidad permanente que nos debe llamar no sólo a reflexionar sino a actuar de una buena vez para cambiar esta situación”.
El abogado compartió la preocupación de muchas personas que pese a la cuarentena se acercaron a dejarles comida y ropa a los niños y niñas que protestando estuvieron sobre los techos, en señal de su negativa a quedarse en el hogar administrado por la Fundación María Ayuda, organismo externo y colaborador del Servicio Nacional de Menores, Sename.
«Una institución desprestigiada como SENAME, que sigue encerrando niños, y un Estado que ha perdido toda credibilidad en la protección real de la infancia, deben reconocer sus incapacidades y declararse incompetentes e inhábiles para la labor de amparo», enfatizó Rincón.
En ese sentido, comentó que «se hace imperioso que el Estado devuelva a los niños a sus familias de origen y extendidas, invirtiendo en ellas los recursos que destina al SENAME y sus instituciones colaboradoras, reservando como última ratio frente a reales vulneraciones la alternativa de las familias de acogida y, eventualmente, la adopción con rigurosos, pero no excluyentes, procesos que constituyan tránsitos progresivos y no traumáticos en la búsqueda de hogares verdaderos y sanos para el desarrollo de nuestros niños, niñas y adolescentes realmente vulnerables y en peligro», manifestó.
Haciendo, finalmente, un sentido llamado «a jueces, instituciones e Intendente, como máximo representante del Presidente de la República, a conformar una mesa de trabajo donde la sociedad civil esté debidamente representada, de manera de canalizar y compartir esfuerzos, visiones y ayudas concretas que permitan corregir rumbos y agregar valor a una visión desgastada, obsoleta y superada hace mucho sobre la forma adecuada de enfrentar los desafíos de protección, acogida, formación y entrega de amor a nuestra infancia en riesgo o expuesta a vulneraciones», concluyó Ricardo Rincón.