Primeras escaramuzas

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Escribe Armando Miño Rivera, Periodista independiente y docente universitario.

Las voces se escucharon con fuerza esta semana. Parece que tener doble nacionalidad es una moda entre los políticos o por lo menos entre nuestros presidentes, ya que Francisco Sagasti ostenta la nacionalidad costarricense. Si bien es cierto, no es un impedimento para ser mandatario, pues la constitución indica ser peruano de nacimiento, con derecho a voto y tener más de 35 años. No hay, por tanto, nada que rasgue su investidura. Lo que para muchos es curioso es que no ha haya mencionada tal detalle, que hubiera sido para los analistas más limpio y correcto.

Quizá el tiempo y premura impidió que lo haga, pues las cosas no daban para debates de ese tipo. Lo que llama la atención es que se centre el debate en estas cuestiones que parecen ser de enorme relevancia, cuando en realidad no merecen más que el monitoreo de quienes quieran entretenerse un rato. La ley, la constitución no impide doble nacionalidad, punto.

El congreso insistirá en la devolución de fondos de la ONP. Cuando se quiere ser populista, solo se necesita una ley y zas, se hace. El fondo, escuche bien, fondo de la ONP es colectivo, es decir, de todos y cada uno de los peruanos que aportan al sistema. Algunos dicen que “no es el dinero directo, el empleador lo da”, ¡¡¡peor aún pues!!!, pero la deducción porcentual se basa en el sueldo de cada ciudadano. Al final, todo ese bolsón se reparte, paga la pensión que recibirás si eres parte del Sistema Nacional de Pensiones. Si esta ley ve luz verde, habrá un terremoto legal y -lógico- fiscal, pues el congreso desea que se dé sí o sí por insistencia. Ya el ejecutivo a dicho que no y se irá al Tribunal Constitucional. Parece que los legisladores no aprenden y el pueblo cae muchas veces redondo ante la visión errónea de miles de soles en sus manos. De yapa, seguro se viene un nuevo capítulo de la novela Palacio de Gobierno contra Congreso de la República: la saga.

El congresista de Podemos Perú, Daniel Urresti fue – digamos-, un poquito frontal y fuerte ante el ministro del Interior Rubén Vargas. Como se ha visto, más parece un ring para ver quien golpea más fuerte. También se ha podido verificar que el abrazo fraterno y la amistad cercana ponen cargos, ya que, según algunos medios, el ministro Vargas y el de Justicia Eduardo Vega son muy cercanos a César Cervantes. Además, ante la insistencia (ya escuchamos que al congreso le encanta todo por este medio) indicó que, efectivamente, asesoraron legalmente al presidente Francisco Sagasti para que, cito, “en el marco constitucional y legal que sustenta esa decisión presidencial» se dé el nombramiento. También habrá un continuará, de eso estamos seguros.