La Primera Sala advirtió que el proceder de Carabineros y del Juzgado de Garantía de Pichilemu representan «una forma de violencia innecesaria» en contra de la denunciante. Concluyeron que su intención no fue infringir la ley, sino solicitar auxilio. Fue sobreseída.

La Corte de Apelaciones de Rancagua dictó el sobreseimiento definitivo y total de la mujer que fue detenida por no respetar el toque de queda en Pichilemu, mientras iba a denunciar una violación.

En su fallo de cuatro páginas, la Primera Sala del tribunal de alzada concluyó que no se advierte intención alguna de la víctima infringir las normas sanitarias, sino que intentó “solicitar el auxilio ante el ataque”.

De ello -agrega el documento- “deviene que los hechos perseguidos no pueden ser calificados como constitutivos del delito”.

Para arribar a la conclusión, la instancia -conformada por los ministros Jorge Fernández y Michel Anthony González, además del abogado José Irazábal- citó lo dispuesto en la Convención de Belém do Pará, que señala que se entenderá que la violencia contra la mujer incluye la física, sexual y psicológica “que sea perpetrada o tolerada por el Estado o sus agentes”.

El actuar policial

Así, la Corte advirtió que el proceder de Carabineros y del Juzgado de Garantía de Pichilemu representan “una forma de violencia innecesaria en contra de ella (la denunciante).

Asimismo, apuntaron que “constituye una limitación al acceso a la protección de la ley”, primero por la persecución inicial de los funcionarios policiales y luego por la decisión del tribunal de primera instancia de no acoger la petición de sobreseimiento.

Los hechos

Los hechos se remontan a la madrugada del 5 de julio, jornada en que -según detallaron de la Defensoría Penal- la afectada estaba compartiendo con dos hombres, quienes le ofrecieron vino.

De acuerdo al relato de la denunciante, perdió el conocimiento y despertó cerca de las 04:00 horas adolorida y con signos de haber sido ultrajada sexualmente.

Fue cuando llegaba a la casa de una vecina, que Carabineros la detuvo y -pese a que incluso abrieron una causa en paralelo por la violación- la pasó a control de detención de todos modos por no respetar la restricción de desplazamiento.

Según la versión entregada por la policía uniformada en la oportunidad, la mujer no habría dicho nada acerca de la violación sino hasta llegar a un recinto asistencial acompañada de los propios uniformados, quienes detallaron que se avisó a Fiscalía de la situación.

Con todos los antecedentes sobre la mesa, la mujer igual debió enfrentar la audiencia de control de detención, ocasión en la que se le informó al juez en forma detallada lo ocurrido. Teniendo a la vista el informe de la médico del hospital local de Pichilemu, el magistrado finalmente declaró ilegal el arresto.

Tras todo ese proceso, la denunciante fue dejada en libertad.