Escribe Dr. Juan Luis Palma, Académico Escuela de Ingeniería, UCEN.
Muchos piensan erróneamente que se necesita ser científicos o estar ligado al mundo de la investigación, ciencia y tecnología para desarrollar innovaciones, sin embargo, no necesariamente es el caso. Los inventores han demostrado que, con un mínimo de experiencia, y estando cerca del problema, se puede lograr una innovación.
La palabra innovación proviene del latín “innovatio” que significa “crear algo nuevo”, y en el sentido estricto, se dice que las ideas solo pueden resultar innovadoras cuando encuentran una aplicación exitosa, imponiéndose en el mercado.
Pareciera que las grandes ideas aparecen en tiempos de crisis; por ejemplo, la mascarilla transparente para personas sordo-mudas creada por la Asociación Córdoba. Treinta y cinco grupos en Chile trabajan para construir ventiladores mecánicos de bajo costo. Varios trabajan en piezas impresas en 3D que incluyen nanopartículas con actividad antiviral. Personalmente trabajo en un dispositivo que permita la detección de patógenos en horas.
Es importante tener en cuenta que como equipo y con intercambio, funcionamos como un gran cerebro, y tenemos la habilidad de hacer cosas que ni siquiera entendemos, por lo que es esencial buscar colaboración. Las innovaciones de hoy no siempre están ligadas a la salud, sino que se orientan a un sinfín de problemas que acarrea la pandemia, y cada quién está cerca de un problema. Para solucionarlos debemos innovar, y esta idea puede venir de cualquier persona, en cualquier lugar y en cualquier momento. Y a usted, ¿se le ocurre una idea innovadora?