Para la Educación Superior el Home Office significa un gran cambio cultural en el contexto de la crisis sanitaria y un costo emocional alto por esta nueva rutina de trabajar desde casa sumado a una serie de tareas adicionales. Esta situación plantea desafíos para la gestión educativa en tanto se mantenga el distanciamiento social.  

En la actualidad, nos acercamos a los 60 días desde que fueron detectados los primeros casos de COVID 19 en Latinoamérica. En las primeras semanas de la crisis sanitaria los gobiernos de la región, debido a las limitaciones de los sistemas de salud, adoptaron medidas más restrictivas que en Europa y en los primeros 15 días se implementó el teletrabajo (Home Office) para toda la Educación para lograr la continuidad de los sistemas educativos.  

En un principio, la población entendió que esta situación sería temporal, sin embargo, mientras sigue avanzando el tiempo la falta de experticia de varios líderes de equipo, sumado al contexto actual de hijos en casa, tareas en el hogar y espacios de ocio restringidos, están produciendo una tensión cada vez mayor y que conlleva una productividad baja, estrés y ansiedad. Todos estos elementos están mermando la estabilidad y funcionalidad de las instituciones.

Esta problemática fue abordada en el Primer Ciclo Internacional de e-MeetUp online, organizado por EDUTIC, en el panel “Los desafíos de la modalidad Home Office”, que contó con la participación de Carla Olivieri, Rectora y Gerente General de Universidad de Ciencias y Artes de América Latina (UCAL) de Perú; Raymond Rosal, Rector de Instituto Profesional IACC; Mario Droguett, Director General de Tecnologías de la Información en Universidad San Sebastián y Priscilla Zamora, directora de Woman in Management de Chile.

En la ocasión, Hernán Silva, director de EDUTIC, señaló que su organización está propiciando este espacio de colaboración que facilita compartir experiencias de esta crisis sanitaria y afrontar sus consecuencias, desde los diseños de gestión hasta el uso de las tecnologías. Estima que los desafíos de la modalidad del Home Office para la segunda etapa de la crisis sanitaria son múltiples.

“Al menos nos quedan otros 40 días de un distanciamiento social intenso para contener la propagación y luego otros 40 días o más para intentar regresar a una nueva dinámica social”, indica el organizador del ciclo online.

Los desafíos del Home Office

La modalidad de teletrabajo en el contexto de crisis sanitaria plantea el reto de organizar múltiples tareas en el hogar y que esto signifique el menos estrés posible. Carla Olivieri cuenta que tiene un sistema que se basa en sus roles de vida, por ejemplo, ella es mamá, académica, deportista, pareja, colaboradora de obras sociales e investigadora y escritora. Sostiene que cada uno de estos roles le da significado, propósito y objetivos, de acuerdo a lo cual planifica con estas metas en mente.

“Con lo que estamos viviendo hoy he tenido que hacer una serie de ajustes para compatibilizar estos diferente roles y usar de forma distinta el tiempo”, asegura la rectora de UCAL.

Cometa que más que trabajar de manera tradicional con estos distintos mundos, trata de integrarlos reconfigurando su vida para compatibilizar con estas cargas, principalmente emocionales que exige el Home Office. Asegura que al principio fue difícil atender la emergencia, pero se dio cuenta que en vez de rediseñar la vida en roles hay que hacer una reestructuración emocional, lo que le ha costado entender, pero en base a eso ha podido comprender la ansiedad de sus hijos, padres, etc. y compatibilizarlo con sus roles.

Por otra parte, la implementación de educación 100% online no ha significado que necesariamente las personas del ámbito de la gestión educativa estuvieran previamente preparadas. Si esto lo trasladamos al Home Office es muy parecido por su carácter circunstancial, ya que tanto las empresas como las instituciones tuvieron que migrar repentinamente a esta modalidad. Raymond Rosal, asevera que actualmente hay una confusión porque no es el teletrabajo que viven las instituciones normalmente.  

“Hace 2 años migramos toda la tecnología a sistemas web para que no estuviera todo dentro de la institución, entonces se está confundiendo el home office y la digitalización con que la gente tenga que estar haciendo todo en su casa”, afirma el Rector de IACC.

Cambio cultural

La implementación del Home Office representa también un cambio cultural para las personas y sus familias. Las dificultades que tuvieron en IACC, según comenta su Rector,  tienen que ver con que las personas entraron a esta modalidad pero todavía no tienen una cultura de auto trabajo. Esto supone acostumbrarse a los diferentes procesos que tienen que vivir durante el día: con los niños, como padres, como docentes, ayudar en la casa, como pareja. Ese es uno de los procesos que está trabajando el instituto, que desde hace 12 años entrega educación 100% online en Chile.

Efectivamente el teletrabajo es un tremendo cambio cultural para las organizaciones. Este proceso no es solo estar en la modalidad, sino que empezar a usar plataformas aceleradamente que no se usaban antes en el marco de una crisis sanitaria, lo cual podría reunir los elementos para ser una “tormenta perfecta”, como lo denominó Priscilla Zamora, directora de Woman in Management.

Explica que hay poca conciencia de que estamos en un momento excepcional y eso ha impactado en quienes tienen que mantener la operación, en el sentido de que todo tiene que seguir funcionando, pero existe poca concientización de que el rendimiento va a bajar.

“La productividad bajará porque tenemos en nuestra cabeza distintos sentimientos: incertidumbre, miedo, preocupación, rabia, parálisis. “No estamos trabajando desde la casa en un marco normal y los humanos reaccionamos de forma distinta a las tragedias, por ejemplo, a los terremotos,” enfatizó la consultora.

En ese sentido llama a que los líderes y trabajadores se tomen un tiempo de reflexionar sobre cómo van a reaccionar. Porque hoy no existe una respuesta ni un manual en ningún país, institución o universidad, entonces no es posible tomar buenas prácticas, estudios o papers de cómo se ha solucionado. Se trata de poner soluciones que conocemos en un escenario que no conocemos.

“Es importante saber cómo vamos a pasar de un escenario A hacia un escenario B, tomar aprendizajes, reflexiones y que los líderes tomen eso en consideración,” recomendó la especialista.