Escribe Roberto González M., Dir. de Carreras del Área Actividad Física y Deportes, CFT Santo Tomás Rancagua.
Fue en junio del 2003 cuando la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estableció que se fijaría el 28 de abril como el día para celebrar y promocionar la prevención de los accidentes y las enfermedades laborales, pensando así en la salud y calidad de vida de todos los trabajadores. A la vez, en este día se conmemora por parte del movimiento sindical a todos los trabajadores fallecidos, lesionados y con resultado de alguna enfermedad laboral a causa de sus tareas y funciones en el trabajo. Creo que en aquel entonces no se vislumbró que en el año 2020 tendría que estar enfocándose en el cuidado y salud de los trabajadores a nivel mundial, a raíz de las enfermedades contagiosas, como en esta oportunidad lo es el COVID-19.
Es un desafío tremendo para todos los gobiernos y empleadores crear estrategias reales y atingentes a la situación que se vive para favorecer la salud y cuidado de los trabajadores, haciéndolo paralelamente con el tratar de lograr un equilibrio con el tema financiero. Esto, como lo plantea la OIT, no puede ser algo mediático, sino que también, debe ser tratado a mediano y largo plazo.
Podemos ver que para detener la pandemia del COVID-19 se ha adoptado a nivel mundial la estrategia de modificar la forma en que el trabajador realiza sus labores y así con esto poder detener el contagio. En aquellas que es posible, claro está, no ir a los lugares habituales en que desarrolla su trabajo, se modifica a que lo realice en forma remota o virtual, o sea teletrabajo, como lo podemos leer en la declaración conjunta del 16 de marzo de este año entre la Cámara de Comercio Internacional (ICC) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Esto lleva consigo asociado toda una alteración para el trabajador, tanto en la forma en como desarrolla su trabajo, como también en lo familiar, psicológico y social; por lo tanto, requiere de un período de ajuste y adaptación. Por lo mismo, la Organización Panamericana de Salud (OPS) junto a la OMS, el 12 de marzo de 2020 publica el documento “Consideraciones psicosociales y de salud mental durante el brote de COVID-19” que en su punto 29 dice: “En los períodos de estrés, preste atención a sus propias necesidades y sentimientos. Ocúpese de actividades saludables que le gusten y que encuentre relajantes. Haga ejercicio regularmente, mantenga sus rutinas habituales de sueño y consuma alimentos saludables”.
Esto pasa a ser tanto o más importante que lo básico para realizar un buen trabajo desde casa, como escoger y preparar un espacio físico para trabajar, preocuparse de la luminosidad, del ruido, de lo cómodo que sea, de la ventilación, de lo ergonómico y etc. Todo esto no será optimo si en el fondo es el propio trabajador el que no se encuentra bien desde su esencia como persona.
Por lo mismo y como ya lo han planteado algunos especialistas de la salud, algunos trabajos sí se pueden realizar por medio de Teletrabajo, pero con esto hay que estar conscientes que esas casas – y como también en las que no se realice – debiesen en estos momentos de pandemia ser objeto para satisfacer otras necesidades. Van a pasar a ser un espacio para la convivencia familiar, para la creatividad, para modificarse, para ser oficina, gimnasio, salón de baile… y así con esto mantener o mejorar la calidad de vida de los trabajadores, así como de todas las personas.