La estructura comenzó a ser construida en 1917 por la empresa Braden Copper Co., con el fin de dinamizar los procesos de generación de energía de la mina.
El cuidado por el medio ambiente ha pasado a ser el centro de atención en los últimos días, semanas y meses. Las miradas internacionales estuvieron puestas en nuestro país, tras asumir el liderazgo de la COP25. Más allá de las críticas, por el desempeño de Chile en la presidencia del evento, es importante enfocarnos en las oportunidades que trae consigo el debate sobre políticas ambientales y avanzar en promover las energías renovables.
Podríamos decir que Pacific Hydro Chile llegó al Valle del Cachapoal para continuar este camino trazado hace 100 años. Convencida de potenciar un mundo más limpio, la compañía opera centrales hidroeléctricas de pasada en el Valle del Cachapoal, entre las que se encuentra Pangal. Esta estructura ubicada en la Región de O’Higgins, comenzó a ser construida en 1917 por la empresa Braden Copper Co., con el fin de dinamizar los procesos de generación de energía de la mina.
La tubería se encuentra ubicada a 12 km al Este de Coya, en una estrecha garganta del río Pangal, donde confluyen los ríos Blanco y Paredones, y entró en operaciones en 1919, generando energía por un siglo.
Este centenario conducto está hecho con madera de secuoya y acero, materias primas traídas desde Estados Unidos, que fueron llevadas al Valle del Alto Cachapoal a lomo de mulas. El delicado trabajo de armado de la tubería debió ser ejecutado en terreno por cientos de hombres, hecho que ha quedado registrado en la memoria colectiva de varias generaciones, otorgándoles a las comunidades locales un valor singular.
Además de su irrefutable valor histórico, esta central constituye un ejemplo de sustentabilidad. Con sus 3,8 kilómetros de largo, esta antigua construcción aprovecha el torrente de las aguas del río Pangal para generar energía 100% renovable. ¿Cómo? Este tipo de centrales desvía una porción del agua del río, aprovechando su fuerza motriz, para hacer funcionar turbinas y generar electricidad. Posteriormente esa porción de agua regresa al caudal del río sin intervenciones.
En 2014, tras el trabajo realizado por Pacific Hydro en coordinación con la ONG Konna Kuyen, el Consejo de Monumentos Nacionales declaró un tramo 1.277 metros de esta instalación como Monumento Histórico. Junto a la central, la tubería representa un ejemplo del diseño e ingeniería de principios del siglo XX, el que se mantiene hasta nuestros días y que ha permitido generar, de manera convencional, energía limpia y renovable por cerca de 100 años para Chile.