Según información entregada en medios de comunicación entre el 2019 y 2020, el crecimiento del PIB de la construcción crecerá un 3,5%, en relación a años anteriores.

Frente a este escenario y considerando que Chile, es un país con movimientos telúricos importantes –durante el último mes vivimos más de cuatro movimientos con promedio de sobre 6.1 escala Richter—y contamos con diferentes tipos de terrenos, las exigencias a la hora de construir no son menores y es ahí en donde la Inspección Técnica de Obras (ITO), se convierte en un servicio necesario para rectificar, entre otras cosas, que las normas de edificación se respeten.

Actualmente la ley de Urbanismo y Construcciones, los Inspectores Técnicos de Obras, son los responsables de supervisar la ejecución de la construcción conforme a las normas y características de los permisos aprobados en el momento de edificar viviendas, oficinas, industrias, entre otros.

Los responsables de impartir este servicio tienen como objetivo fiscalizar que se cumplan los acuerdos de arquitectura, cálculo estructural y especialidades, incluidos desde un principio en los planos y especificaciones técnicas de los proyectos.

Para los profesionales de PRIGAN, este servicio es de suma importancia principalmente porque “se conocen los resultados positivos cuando todos los involucrados en un proyecto logran generar un equipo cohesionado, teniendo como objetivo, el cumplimiento del plazo, costo, calidad y seguridad”, explica Roberto Mardones, Gerente de Operaciones de PRIGAN.

En los 5.205.916 m2 totales de construcción de experiencia que a la fecha cuenta PRIGAN, han sido parte de diferentes proyectos, entre ellos de carácter público en los que es obligatoria su participación, mientras que en los de uso privado la necesidad surge para controlar el avance, la calidad, el cumplimiento de los plazos y el contrato de construcción, siendo de esta marera la cara visible del Cliente en terreno ,velando por contar con una infraestructura acorde a su proyecto original, necesidades del Cliente y mitigando los riesgos en la construcción.

El ITO es un agente que va de la mano con el cliente y responde frente a las necesidades del mismo, mientras que de cara a la constructora es quien fiscaliza que los avances continúen según previos acuerdos.

Actualmente los profesionales, cuentan con herramientas tecnológicas, como lo sería Building Information Modeling – BIM -, que aportan de antemano el levantamiento de posibles interferencias que puedan existir en un proyecto de edificación.