Escribe Arturo Vásquez Rojas, Periodista y Magister en Dirección y Liderazgo para la Gestión Educacional.
Las grandes urbes del mundo tienen una real preocupación por las carreteras y caminos por donde sus ciudadanos transitan diariamente. Esto, obviamente, no reduce a cero los accidentes, pero disminuye ostensiblemente las tasas de accidentabilidad y, por ende, de heridos y fallecidos.
En nuestro país, y en estricto punto, en nuestra región, al parecer a las autoridades se les olvidó la importancia de transitar por caminos óptimos. No vamos a pedir que sean de primer nivel, pero sí que se puedan utilizar sin dificultades y que el camino, por lo menos, se pueda ver sin problemas para asegurar el llegar bien a casa.
En la región de O’Higgins existen varios puntos críticos. En esta columna sólo mencionaremos tres, que son de alto tráfico y que desde hace tiempo nada se ha hecho para solucionarlos. El primero es el camino que une a Coltauco con Rancagua; en este trecho se han producido muchos accidentes, en varios tramos y se debe a la falta de visibilidad del camino. Las luminarias no son óptimas y las marcas del pavimento ya están gastadas, por lo que no se puede transitar de manera correcta. El peor tramo es en Lo Miranda, en donde hay dos salidas de camiones de una empresa nacional que aromatiza ese sector y que no está bien señalizado. Además, las lentejuelas del camino no brillan, por lo que ese trayecto se hace muy complejo cuando se viaja en la noche.
Otro punto de conflicto es en La Isla, camino interior entre Rengo y Rosario. Acá el camino es pésimo y no se observan trabajos de mejoramiento del pavimento. Lo último que se hizo fue una ciclovía, pero no se trabajaron bien los desagües, por lo que cuando hubo lluvia se anegó el camino. Por esta ruta hay mucho tránsito vehicular, incluso es una alternativa para cuando hay algún accidente en la carretera, pero acá tampoco se ha visto una preocupación por parte de las autoridades.
El tercer punto de ejemplo es la entrada poniente de Rancagua, sector Rotonda. El ingreso por Baquedano está muy mal señalizado y con una escasa visibilidad. En el último tiempo se han realizado labores de mejoras, pero ¡han quedado peores! Se han realizado desvíos para ingresos a sectores habitados, pero no se ha podido mejorar la luminaria ni las marcas en el pavimento.
Afortunadamente no se han producido hechos graves que lamentar. El tema es si hay que esperar que se produzcan para preocuparnos. El llamado es a que el Serviu, el MOP, Vialidad o la Municipalidad que corresponda se preocupen de estos sectores y otros que en la región de O’Higgins son de un peligro constante. Se aproximan las fiestas patrias y el exceso de velocidad y el consumo de alcohol (no todos tienen doctores que permitan marcar 0 de alcohol en el examen de sangre tras un accidente y después de venir de una fiesta costumbrista) pueden provocar accidentes serios. Hagamos el trabajo que nos corresponde y dejemos de ganar dinero fácil tras un escritorio, sin preocuparnos de los problemas que afectan o pueden afectar al ciudadano común.