Las principales autopistas del país se encuentran con poca circulación y el Metro de Caracas no presta servicio comercial. Las calles de Chacao y Altamira cada vez más llenas de gente.


(El Nacional, Caracas).- Sentimientos encontrados. Los venezolanos amanecieron este martes con la incertidumbre del que va a pasar y la esperanza de que pronto se consolide el primer paso de la ruta hacia la restitución de la democracia y el hilo constitucional: el cese de la usurpación.

En un recorrido por el oeste de Caracas se pudo sentir la inseguridad que reina en la capital desde tempranas horas, cuando el presidente de la Asamblea Nacional y encargado de Venezuela, Juan Guaidó, en compañía de Leopoldo López, que fue excarcelado, y de militares que se apegaron a la Constitución realizó desde la base aérea La Carlota un llamado al país a salir a las calles a la fase definitiva de la Operación Libertad.

Muy poca circulación vehicular se pudo apreciar en autopista Panamericana sentido Caracas, en medio de un ambiente de desolación nada normal en un día laborable como hoy. Al llegar a la Autopista Valle-Coche, sentido este, se pudo apreciar una fuerte congestión y conductores que tomaron la decisión de retornar debido a la obstaculización por parte de efectivos de la Policía Nacional Bolivariana a la altura de la alcabala 3 de Fuerte Tiuna. Solo algunos automóviles, luego de ser revisados, y motorizados logran transitar esta importante vía.

La desolación era evidente, solo unos cuantos vehículos que podían contarse con una mano se veían hasta llegar al cruce para ingresar a Plaza Venezuela o continuar hacia el este, donde una camioneta de la PNB y varios conos indicaron que el paso está cerrado.

En la esquina de El Bicentenario de Plaza Venezuela estaba trancado el paso por más de 10 tanquetas de la Guardia Nacional Bolivariana y otras del Conas, cuyos funcionarios encapuchados se dedicaban a hablar.

Ante la falta del servicio del Metro de Caracas, principal medio de transporte de los caraqueños, los ciudadanos caminaron esta zona en un ambiente de angustia, confusión e inquietud. Las inmediaciones a la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Militar, policía política del régimen de Nicolás Maduro, se encontraban cercadas y custodiadas por oficiales del organismos que, con el rostro cubierto y portando armas largas, se desplazaron en el perímetro.

Desde este transcurrido bulevar capitalino muchos ciudadanos se movilizaron, unos de regreso a sus hogares, y otros en dirección al distribuidor Altamira, donde se encontraba Guaidó, junto a diputados a la Asamblea Nacional, dirigentes políticos, activistas de los derechos humanos y cientos de vecinos que atendieron a su llamado.

A pesar del miedo que se pueda sentir, la esperanza de cambio y el deseo de libertad imperaron a partir de la avenida Libertador. Las calles de Chacao y Altamira se llenan cada vez más, mientras que contingentes de las Fuerzas de Acciones Especiales de la PNB encuentran aparcados en la Plaza La Castellana, a pocos metros de la Plaza Francia de Altamira.

Pitos, camisas blancas y gorras tricolor y banderas nacional son los símbolos que identifican a los ciudadanos que se suman a la fase final de la Operación Libertad, quienes con llenos de euforia y ovaciones corean la palabra Libertad, que resume el anhelo de millones de venezolanos, respaldan a los militares que se apegaron a la Constitución y le realizan el mismo llamado a los que aún sostiene a Maduro en el poder, pese al olor de gases lacrimógenos que impregna esta zona que ha sido escenario de lucha política desde 2014.