Escribe Manuel Polgatiz, Periodista y comentarista deportivo.
En semana santa el objetivo era ganar. Las armas o herramientas para conseguirlo quizás daban lo mismo, porque las victorias se habían alejado de Rancagua. El juego no fue el más vistoso y el rendimiento tampoco fue el mejor pero qué más da si los tres puntos se quedaron en casa.
Hubo penales en contra? Sí. Fue injusto el resultado? No. Era necesario marcar distancias y diferencias con el colista que acompaña a la U (me encanta destacar esto último). Ya vendrán las críticas al funcionamiento o al desempeño de algunos referentes, como Ramón Fernández, que equivocó el 80% de sus habilitaciones.
Lo importante era salir de la modorra y el pesimismo en la tabla, porque acostumbrarse a la desidia termina hundiendo los sentimientos de fortaleza. Dígame usted, le importa si el «Fantasma» habla o se refiere en malos términos a la prensa? A mí ni me va ni me viene, yo más bien deseo que el equipo rinda y saque resultados porque al final del torneo no analizaremos sus palabras, sino más bien, su posición en la competencia.
En resumen, un triunfo reponedor que alimenta ilusiones pero que no olvida los errores, especialmente de aquellos que tienen la responsabilidad de construir una oncena más sólida, equilibrada y permanente en el tiempo.